Carlos Rico anuncia que Acor peleará por que el puerto seco de Olmedo no muera

Más de 100.000 toneladas de azúcar bruto a las que se suman otras miles de colza y girasol, de entrada desde Santander a Olmedo (Valladolid) y subproductos del azúcar, harinas y aceites, en el camino inverso, desde la Meseta al mar Cantábrico hacen, según el presidente de la cooperativa Acor, Carlos Rico, viable la instalación de un puerto seco de Santander en esta localidad vallisoletana en la que se ubican las instalaciones de la cooperativa. Un puerto seco es una prolongación del marino, pero tierra adentro, con controles aduaneros y conectado a través de carretera o ferrocarril.

Recientemente, Valladolid se ha convertido en puerto seco de Gijón, una conexión de la que Acor, «de momento, no se beneficia, pero que está abierta», según expuso Rico en el programa ‘Queremos hablar del Campo’ de Punto Radio Castilla y León. Sin embargo, entre la capital vallisoletana y Olmedo hay 47 kilómetros de distancia y lo ideal sería que la conexión fuera «lo más próxima» posible al lugar al que llega la mercancía y del que salen los productos elaborados. La viabilidad del puerto seco de Olmedo, recordó Rico, la garantizan los informes técnicos de la Autoridad Portuaria santanderina y, por ello, «pelearán» porque el proyecto no muera por la cercanía con Valladolid.

Una pelea que se sumará a otras que debe librar el sector de la remolacha de azúcar en los próximos meses, a 2012, Carlos Rico le pide «futuro para el campo, precios justos y criterio en la UE para no perder un sector que es vital» y que peligra si, finalmente, las cuotas azucareras desaparecen en 2015 como contempla la Comisión Europea. El viejo continente, asegura Rico, «no puede mirar al futuro dejando atrás al campo», por ello le pide al comisario de Agricultura, Dacian Ciolos, que escuche al Parlamento Europeo cuando le explica que el futuro del azúcar «está mal enfocado», que hay que replanteárselo y poner un «poco de cordura y sensatez». Si finalmente las cuotas desaparecen dentro de cuatro años, Rico no duda en calificarlo de «desastre» que, en lo inmaterial, irá acompañado de la pérdida de «una de las sapiencias más importantes».

Pero Acor no es solo azúcar. Si hay algo que caracteriza a esta cooperativa es la diversificación, a la molturación de remolacha, el refino de azúcar, la planta de biocombustibles y la fotovoltaica, se ha sumado la producción de harinas especiales con trigo fuerza del que, este año, se han sembrado 600 hectáreas. En 2012, la superficie se multiplicará por dos gracias a un acuerdo con la cooperativa aragonesa Arento para la producción de harina de trigo duro. El objetivo es que las instalaciones de Olmedo cuenten con una industria en la que transformar el trigo en harina, pero para eso hace falta que los agricultores confíen en un cultivo que tiene un precio garantizado «muy interesante».